miércoles, 21 de agosto de 2013

EL CENTRO HISTORICO

 
EL CENTRO HISTORICO

  


Con el crecimiento de la industria del café a mediados del siglo XIX; San Miguel, al no poseerlo, entró en una semi decadencia y su desarrollo sucumbió, igual que el de San Salvador, ante la pujanza de Santa Ana. Pese a ello mantuvo una fuerte presencia en la economía nacional, gracias a la ganadería y, posteriormente al algodón. En la industria no tuvo suerte; no poseyó en el pasado más que una media docena de fábricas y ahora, ninguna. El excesivo consumo y la infraestructura necesaria para llevarlo a cabo, se debe a las remesas que llegan del exterior, gracias a la diáspora de un muy importante porcentaje de la población de la ciudad y de toda la zona oriental. Ello permite un espejismo de  prosperidad  visualmente importante, pero amparado en un agresivo comercio, sin bases realmente productivas, solo consumistas.

En la actualidad, el desorden y la suciedad reinan en  el centro histórico. Al igual que en la mayoría de ciudades salvadoreñas. Sin embargo las obras arquitectónicas relevantes, se mantienen, incluso muy a pesar de la improvisada y grosera actitud de sus gobiernos municipales y de sectores  indiferentes de la población.  Entre 2005 y 2009, el extinto Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, emprendió una supervisión  permanente en la ciudad y normó la construcción, reconstrucción y restauración de más de un centenar de edificaciones. San Miguel recuperó mucho de su patrimonio edificado.

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