Teatro
Nacional "Francisco Gavidia" de San Miguel
El teatro Nacional de San Miguel es
otro monumento histórico que no solo refleja las inquietudes arquitectónicas de
una época determinada, sino que también constituye un símbolo del esfuerzo por
desarrollar el Arte Escénico en un medio tan azaroso como lo fue El Salvador a
fines del siglo pasado y principios del presente.
En el año de 1901 se creó, por acuerdo ejecutivo, la Junta de Fomento de San
Miguel, que se encargaría de todo aquello que se relacione con obras de
utilidad, ornato público, y embellecimiento de dicha ciudad.
Entre las obras que se proponía realizar estaba la construcción de un Teatro. Y
fue el Ing. Marcos Letona, graduado de en la Universidad de Lombaina Bélgica,
en Ingeniería Civil, el responsable del diseño y ejecución de la obra.
La construcción dio inicio el 1 de enero de 1903 y fue recibido el 25 de
diciembre de 1908 por Don Manuel Aragón, con un costo de 106,428.12 pesos. A
partir de esta fecha se realizan actividades esporádicamente hasta llegar a su
inauguración oficial el 31 de diciembre de 1909, a las 12 de la media noche,
con la obra “La Viuda Alegre” de Franz Lehar, a cargo la compañía de teatro de
Lupita Unda, bajo la Administración del Gral. Fernando Figueroa.
En los años de 1914 y 1915 se introduce el Cinematógrafo y para 1927 las
exhibiciones cinematográficas habían acaparado las actividades del
Teatro.
A partir de 1936 se le concede al Circuito de Teatros Nacionales el control del
Teatro Nacional de San Miguel, entre otras salas de espectáculos.
El 27 de marzo de 1939, le fue colocado el nombre de Teatro Nacional “Francisco
Gavidia” de San Miguel, en honor al Dramaturgo Francisco Gavidia, oriundo de
esta ciudad.
En el año de 1961, debido a que la explotación del lugar era exclusivamente de
Cine, el Circuito realizó cambios en el edificio para solventar las necesidades
de esta actividad; a esto hay que agregar que no se le proporcionó mayor
mantenimiento, encontrándose el inmueble en muy malas condiciones, por lo que
se decidió suspender las actividades en este Teatro, ya que el Circuito no
mostró mayor interés en restaurarlo.
En 1971 fue tomado por un grupo de alumnos y personas amantes del arte, en
protesta por el anuncio de su demolición, para construir en su lugar oficinas
estatales.
Finalmente en 1975 el Ministerio de Hacienda decidió ceder el inmueble al
Ministerio de Educación, quien a través de la Dirección de Patrimonio Cultural,
asumió el compromiso de restaurar el teatro, tomando en cuenta no solo, su
importancia histórica y arquitectónica, sino también su significado estético
dentro del desarrollo cultural salvadoreño.
En el año de 1988 surge un intento por mejorar el edificio, y se dan resultados
desastrosos; uno de ellos el sellado de la pila acústica.
En el año 1991 fue declarado Monumento Nacional por decreto Legislativo No. 71
y publicado en el Diario Oficial No. 216 el 19 de noviembre. Quedando dicho
monumento bajo la dirección del Ministerio de Educación, a través del Concejo
Nacional para la Cultura y el Arte (CONCULTURA).
El 8 de Noviembre de 2011, le fue entregada por la Asamblea Legislativa la
“Medalla Conmemorativa al Bicentenario del Primer Grito de Independencia”, por
ser un edificio con más de cien años de antigüedad.